Xerox es el sinónimo de la fotocopia en el
mundo entero, y también la última corporación de los Estados Unidos que debió
admitir que hizo magia en sus asientos contables. Ayer, la gigantesca compañía
confesó que infló sus ganancias por 1,9 mil millones de dólares durante los
últimos cinco años. El objetivo de la maniobra era seducir a Wall Street y
hacer aún mucho más ricos a los ejecutivos de la firma, realizando trucos con
futuros ingresos.
Este "mea culpa" no fue un acto
de contrición voluntario, como la confesión de un monaguillo que se robó el
vino del altar. Fue la Security and Exchange Commission (SEC) o Comisión
federal de Mercados de Valores, el ente que regula las actividades de Wall
Street, la que llevó a Xerox a la corte, argumentando que había exagerado sus
ganancias para mantener el precio de sus acciones por las nubes.
La compañía evitó su procesamiento y no
admitió las irregularidades cuando, en abril pasado, alcanzó un acuerdo con sus
demandantes. Entonces pagó 10 millones de dólares —la multa más grande que se
recuerde entre las corporaciones— y prometió limpiar los récords con los cuales
había engañado a los inversores.
y sus recomendaciones?
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